Hace poco fue el día de Canadá, y después de un día de celebraciones, por la noche llega el turno de los fuegos artificiales donde se reúnen unas 30.000 personas y al final de la noche suele haber destrozos debido al exceso de alcohol por parte de algunos ciudadanos.
Al ayuntamiento de Victoria se les ocurrió la idea de repartir piruletas gratis en los bares, discotecas y paradas de taxis de la ciudad, según las autoridades ha sido un éxito; al llevar la piruleta en la boca es difícil gritar, lo que se traduce en menos insultos y a su vez en menos peleas. Simpática iniciativa.
Noticia extraída de The globe and mail. |
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