En la localidad rural de Inakadate no basta con plantar el arroz y después cosecharlo, lo han convertido en un arte a base de mezclar diferentes clases de arroz, a medida que va creciendo el arroz se va perfilando el nuevo mural.
Según cuenta la leyenda todo comenzó con la rivalidad entre dos campesinos, los cuales no sólo se contentaban con tener las mejores cosechas de arroz, sino que además pretendían que fuesen las más bellas. También dicen que la costumbre comenzó por casualidad, pero sea cual sea el origen el resultado es espectacular.
Los distintos tonalidades las consiguen gracias a distintas clases de arroz, entre ellas, el kodaimai de hoja amarilla y el tsugaru de hoja verde (arroz romano en occidente) y el arroz negro.
Aquí podeis ver mejor el proceso de elaboración.
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