- Los alimentos, cuanto más cercanos, mejor, menos transporte y menos emisiones de CO2. Además, así apoyas a los productores locales.
- Apuesta por el producto fresco, natural y de temporada. Y si puedes, ecológico.
- Evita los productos elaborados y sobreenvasados y llévate todo lo que puedas a granel.
- Reduce el consumo de carne y pescado y apuesta por menús ricos en verduras, legumbres y frutas.
- Si quieres introducir carne en tu comida, ¿por qué no sorprendes a tus comensales con carne ecológica? Busca el etiquetado de certificación de tu comunidad autónoma.
- ¿Un poco de pescado? ¡Ojo! Que no esté en la Lista roja de Greenpeace. Mejor salvaje que de acuicultura y que haya sido pescado con métodos selectivos. Rechaza los inmaduros y aprovéchalo bien. Pregunta a tu pescadero y que te informe.
- ¿Marisco? ¡Cuidado con los langostinos! Su pesca salvaje afecta a otras muchas especies que son descartadas y el de acuicultura devasta los manglares. Evítalo.
- ¡Ningún producto transgénico en nuestras comidas! Utiliza nuestra Guía roja y verde para poder evitarlos.
- Puedes llevar bolsa de tela o carrito para tus compras. Así no tienes que utilizar bolsas de plástico.
- ¡Ay, las uvas! No se nos pueden olvidar que hay que empezar bien el año. Pero que sean a granel, sin empaquetado, y cultivadas lo más cerca posible.
Receta para una Navidad sostenible
Interesante post del blog Gastronomía & Cía, en el que nos recomienda un enlace de Greenpeace y en el nos dan unas recomendaciones muy sencillas para pasar unas fiestas sostenibles. Una buena idea.
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